Hacía tiempo que tenía ganas de hacer Golobar- Brañavieja. En otra época lo hubiera hecho por las cumbres, pero estamos en Otoño y apetece meterse por los bosques, que están en su momento más espectacular respecto a su colorido. Ya habrá tiempo de hacer cumbres y coger altura, que el Otoño es muy corto en la tierruca.

Con la disculpa de disfrutar del Campóo más salvaje con dos amigos, diseñé una ruta, que desde su inicio discurre por senderos poco transitados, donde sólo se puede llegar a pié, apartados de las pistas forestales e incluso impracticables en BTT (la gran mayoría) y sin embargo, muy cómodos de andar. La idea era, visitar junto a mis amigos los tres canales que dan nombre a Tres Canales; Cuenca Becerrera, El Sotierro y Peñalrostro, aunque para unirlos no fuéramos por el camino más recto, ni por el más corto.

Empezamos en El Golobar, cogiendo un sendero que apenas se ve, que te permite alcanzar el Alto de Peña Astía en poco más de diez minutos y que yo utilizo con frecuencia en Berrea, para plantarme encima de la Cuenca de Aviones. Desde aquí, enlazas con el Camino de la Guerra, que comunica Mazandrero con Brañosera y que también te permite acceder a todas las cumbres de esta cuerda, sin mucho esfuerzo. Pero no era nuestro objetivo el hacer cumbres, por lo que despreciando la cercana y accesible cumbre del Sestíl, continuamos por la cuerda dirección norte , para enlazar este camino con La Camperona, que nos lleva directos a la braña de Los Lagos con sus menhires y demás restos megalíticos. Teníamos a tiro, nuestro primer objetivo; La Cuenca Becerrera.

Bajamos por la Majada Becerrera hasta un lugar lleno de Escornacabras (Rhamnus Alpina, Pudio en el resto del mundo), comprobando que se nos había adelantado unas semanas antes, nuestro amigo "El Descalzo" y había dejado los Escornacabras limpios y algo "magullados". Enseguida retomamos el camino de Fuente Merino, (es el que figura en el mapa) que cómodamente te lleva a la cabaña de Llano y de esta manera enlazamos con nuestro segundo objetivo; La Cuenca del Hoyo Sotierro.

Aquí empieza el "Wild Campóo", pues este tramo está alejado de cualquier pista o camino principal, el transito humano es casi nulo, a excepción de algún ganadero o algún guarda, nadie visita estos parajes, por eso le gusta a nuestro amigo "El Descalzo", que había dejado su marca en un Mostajo cercano.

Llegamos a la braña Cembiles, comimos algo y continuamos. El camino más lógico para comunicar Cembiles con Peñalrostro es "La Escurridera", (es el que figura en el mapa) que te permite atravesar el escobal de Virigedo, como atraviesa un cuchillo un trozo de mantequilla, pero como te confundas, estarás dentro de uno de los escobales más altos y densos que conozco, y pasarás un mal rato para salir de él. Pero para llegar al lugar donde confluyen los tres ríos, cambiamos el itinerario. El nuevo itinerario discurre paralelo al río y te lleva a la Canal de Orbaneja, donde los tres ríos de los tres canales, se convierten en uno; El Collugo. 

Pero antes de llegar a esta canal, hay que subir por la canal de Peñalrostro, saliendo por La Riega Temprana al Sel y a la cabaña de Barrio, con lo cual alcanzamos nuestro tercer y último objetivo; La Cuenca de Peñalrostro.

Una vez enlazados los tres canales, teníamos que continuar hacia Brañavieja. Hay varias rutas para hacerlo, todas preciosas, pero escogí uno de esos senderos que no deja indiferente a nadie ; El sendero de las Concías por el Monte Saldorio. Salimos de la cabaña de Barrio en Peñalrostro, y después de vadear el arroyo del mismo nombre en sus dos ramales, continuamos por un camino cómodo entre escobas y árgumas, que pasando por La Cruz, te lleva a la braña del Culero. Abandonamos este camino en La Cruz, para enlazar con este precioso sendero, que desde el Alto de las Concías, te lleva directo a Cirezos, atravesando el Monte Saldorio.

Desde Cirezos, nos dirigimos al Vao y ya todo por el margen izquierdo del río y a contracorriente, llegamos a Calgosa, con su espectacular cascada y su cabaña, donde previamente habíamos dejado aparcada mi furgoneta, para volver al Golobar a recoger el otro vehículo. Hasta aquí, todo había salido bastante bien, pero otra aventura acababa de comenzar, porque al ir a abrir la furgoneta, me di cuenta de que no tenía la llave, pero eso ya es otra historia....